La temporada navideña es un momento lleno de alegría y celebración, pero también puede traer consigo desafíos y tensiones. Por ello, en este episodio hablaremos sobre tres errores navideños que están saboteando tu bienestar familiar.
Es crucial reflexionar sobre estas acciones para fomentar un ambiente armonioso y fortalecer los lazos familiares. Y no acabar las fiestas en conflicto. Quédate hasta el final porque el último es el que considero más importante.
Puedes seguir leyendo esta entrada o escuchar el episodio en mi canal de youtube:
La primera es:
¿El consumismo navideño te está arruinando?
Uno de los mayores problemas en la temporada navideña es el énfasis excesivo en el consumismo. En lugar de centrarnos en la cantidad de obsequios a regalar, la familia debería compartir experiencias significativas que fortalezcan la unión y el amor.
¿Y cómo podemos liberarnos de este estrés financiero y fortalecer los lazos familiares?
Hay que enfocarse en las tradiciones y pasar más tiempo con la familia. Ser sinceros con el presupuesto familiar, y no comprar por comprar.
Los niños no necesitan tantos juguetes ni tanta ropa. Tu madre no necesita otra bufanda nueva, ni tu cuñado un nuevo jersey. Si desean hacer algún obsequio, una buena idea es regalar experiencias. Regalar un brunch, una comida, un paseo a caballo, una entrada a un concierto, un taller de cocina o de maquillaje, un viaje… Existen páginas web donde ahora las ofrecen con descuentos y hasta puedes incentivar el comercio local. Y si son experiencias que puedan disfrutar en familia, mejor. Estarán haciendo una inversión económica y al mismo tiempo fomentando el compartir un tiempo de calidad.
Otro aspecto que puede estar afectando la evolución de estas fiestas es el exceso de perfeccionismo.
¿Eres de los que busca la ‘Navidad perfecta’?
Si eres de las que se esmera con tener la casa perfectamente decorada, el mejor árbol de navidad, preparar la menú más delicioso del mundo… Los regalos más adecuados e imprescindibles y exquisitamente envueltos… ¡¡Para el carro!!
No es necesario caer en el perfeccionismo.
En lugar de centrarte en la perfección, y que toda la familia y las amistades constaten un año más que eres la prefecta anfitriona o el perfecto anfitrión navideño, pon más atención en disfrutar de los momentos que hacen que las celebraciones sean memorables, como pueden ser: pasar tiempo con aquellos familiares que nunca ves. Da igual si no todo sale como lo tienes planificado. Ya sea que celebres junto a muchas personas, o solo con unos pocos… Lo más importante es que están juntos, un año más.
Y por último, que yo considero uno de los errores más importantes, es enfocarse exclusivamente en lo material:
Si eres de los que piensa que en navidad lo más importante es comprar regalos, aprovechar la oferta del Black Friday, y no perderse el último descuento hasta en las uvas de la noche vieja, déjame decirte que estás desviando la atención de la verdadera esencia de estas fechas: el amor, la compasión y la conexión contigo mismo y con los demás.
Y esa desconexión te llevará a empezar un nuevo año alejado de la verdadera felicidad, de la abundancia que te mereces, de ese sentimiento de paz que da el saber que estoy dentro de mi propósito de vida y que expando mi energía de amor hacia los que me rodean.
Aprovecha si tienes algunos días libres para hacer cosas distintas con tus peques, resérvate tiempo para meditar y reflexionar sobre lo que ha salido bien este año y lo que no. Y traza un plan de acción para todos esos nuevos proyectos que quieres comenzar en el año nuevo que empieza pronto.
Y hasta aquí el episodio de esta semana…
Pero no voy a despedirme sin antes dejarles un último consejo:
Si en Navidad sueles sentirte agobiado o agobiada con un sinfín de compromisos que nada te aportan, ni a ti ni a tu familia, pon límites este año de una buena vez, y disfruta de un tiempo de regocijo y reflexión. Aprende a decir que NO.
No compres por comprar. Prioriza el descanso, cambia la rutina y comparte más con tu familia.
Cuando tus hijos crezcan, no recordarán los juguetes ni la ropa que recibieron… Recordarán el tiempo que pasaron contigo, recordarán el sabor de la tradición de los platos típicos y de las costumbres de la familia, que si no revives cada año, se perderán para siempre.
Y no te olvides de agradecer…
La energía de la gratitud trae abundancia y prosperidad. No te enfoques en lo que hace falta sino en todo lo que ya tienes y reafirma que eres capaz de lograr todo lo que te propongas.